ENSAYO DE CUENTO (2): SIN TÍTULO

"SUS OJOS" fue el primer cuento que me atreví a mostrarles, éste es otro que salió así y lo quería compartir con uds. Acepto todas las críticas, buenas y malas, pues sino de qué otra manera puedo mejorar?.





Aguardo que se haga de noche para que me vengas a buscar. Siento un placer que nunca había experimentado porque venís por mí, porque entre tantas que somos yo soy la escogida y me da pudor decirlo pero no puedo dejar de sentirme la más interesante, la más atrayente, sino cuál sería la razón de tu elección?.

Todas las noches tus pasos te conducen a mí, y al tomarme veo el deleite en tus ojos, el placer al recorrerme con tu mirada, la ternura al asirme con firmeza y suavidad al mismo tiempo.

Podemos estar horas y no te aburro, pero cuando volvés a la realidad, cuando el encantamiento que te tiene atado a mí se deshace, recién ahí te das cuenta que es hora de partir porque mañana hay que madrugar y retomar la rutina diaria. Yo no me preocupo, porque dentro mío sé que vas a volver, como siempre, a la misma hora.
Sé que no soy la primera en tu vida, sé que un par te aburrieron, a algunas no las pudiste entender, pero conmigo es diferente, siento que es diferente, sino no pasaríamos tanto tiempo juntos.
Pero ayer fue distinto, en un momento dijiste: -Estoy llegando al final. Y no pude preguntarte a qué te referías. Me vas a dejar?, o es que estás cansado, tal vez enfermo y no me has dicho nada.
"Estoy llegando al final"... tus palabras me atormentaron todo el día y no quería que vinieras, pero a la vez sentía que no existía, que mi vida no tenía razón de ser si no estabas para comprenderme.
Pero llegaste, te noté más ansioso que de costumbre, la ceremonia de tenerme no fue igual que siempre, me querías devorar, llegar hasta el fin de mi vida, develar hasta el último de mis secretos, desnudar mi alma.
Supe (no sé cómo, intuición quizás) que este era el fin, tus ojos recorrieron ansiosamente el último de mis capítulos, la última de mis palabras, el fin de mi historia y tus manos suavemente me cerraron.

Despacio se levantó, saboreando en su mente, en su cuerpo, en su alma esta novela, la primera que había leído hasta el final y que lo había seducido como sólo una mujer sabe seducir.