AVENTURA 6

" para que se lanzara a la aventura de vivir el Patriarca de los Pájaros le mandó una ilusión "

(Trapito - 1975)

Salir del círculo enfermo que teníamos con mi ex no fue sólo cuestión de suerte y del coraje de mi hija, sino que sucedieron dos situaciones dentro de mi matrimonio que la cambiaron para siempre y si bien una fue consecuencia de la otra, ésto sucedió gracias a mi ex. Sí! gracias a él, pero no se lo digan, haber si encima se agranda...

Era fines del 2000 (tenía casi 30 años) y como el año anterior, mi ex consiguió tener a su cargo un puesto de venta de pirotecnia, como él tenía trabajo fijo necesitaba gente que se lo atendiera, así que mi papá, mi hermana y yo nos hicimos cargo. Pasado el 1º de enero, la gente que distribuía los fuegos artificiales, nos ofreció (a nosotros tres) trabajar en un kiosco de la terminal de micros.

Ya con trabajo mi vida cambió, me dí cuenta que podía trabajar, organizar mi casa, atender los chicos. Me descubrí ya no cómo una inútil sino como alguien capaz.

En la terminal habían otros kioscos que pertenecían al mismo dueño y estaban comunicados unos con otros por teléfono. Un día sonó el mío, era de uno de ellos, uno de los chicos que estaba aburrido y empezamos a charlar. Esa fue una serie de largas charlas (tanto como nos permitía nuestro trabajo). Para mí era estar en otro mundo, alguien que me escuchaba, le interesaba lo que le decía, me pedía opinión. Nuestros encuentro telefónicos iban haciéndose más personales, nos seducíamos, jugábamos con fuego impunemente al no conocernos, hablábamos de sexo...

Un día, le pregunté qué era el orgasmo, porque no sabía si alguna vez había tenido uno y me dijo: "-Si me lo preguntás es que nunca tuviste uno". La mujer que dormía en mi interior ahora bullía por salir, se iba encendiendo, transformando, fue el comienzo de mis escritos eróticos.

Sólo mi vista se nublaba cuando pensaba el día que nos cruzáramos y me conociera personalmente, seguramente nunca más me iba a volver a llamar.

Un día estaba en el depósito, la señora que trabajaba ahí me presentó a uno de los chicos, era él. Me miró a los ojos como diciéndome: Por fin nos conocemos!!! ... y contra todas mis apuestas me siguió llamando.

Si alguna vez haz tenido una ilusión me podés comprender, era mi razón para creer en mí, sacarle las telarañas que tenía la mujer que vivía en mí, volver a escribir, sonreír por nada, que mis ojos brillaran pero de felicidad y no por estar llenos de lágrimas.

Lo amé con todo mi ser, fue el segundo hombre en mi vida y el primero que me hizo volar. Siempre fue tan honesto conmigo, tan sincero, su cariño no fue inventado, me entregó una parte de él que nadie conoce. Lo amé tanto.

Una vez ví Los Puentes de Madison, aún estaba casada y enamorada de otro, fue como ver mi historia reflejada, lloré tanto... aún hoy lo recuerdo porque creyendome muerta gracias al amor volví a vivir.