Un señor, al que llamaré E, me mandó un mail a mi casilla luego de leer mi página y después de varios mails, quedamos un día para desayunar. Nos íbamos a juntar en un cafè de la Peatonal y cada uno iba a llevar un libro rojo. La verdad que E me sorprendió gratamente, no era de acá, se sentía muy solo, estaba separado y la verdad que era un hombre muy culto. Luego me acompañó hasta mi trabajo y nos seguimos escribiendo, estuvo enfermo y no pudimos volver a juntarnos. Le comento a mi amiga que habìa conocido alguien, cuando refiero sus caracterìsticas lo conocía porque E había ido al grupo que ella frecuentaba de solas y solos, nos reimos con la coincidencia. Al poco tiempo otra amiga, que hacìa poco que la conocía me invitó a su casa, cuando estamos llegando nos dice que no hagamos mucho ruido porque seguramente su hija estaba durmiendo, entramos despacio, pero la pequeña se despertó y apareció en los brazos de su padre que no era otro que el señor E, imagine mi cara de pocker, mis ganas de huir de ahí, lógicamente hice como que no lo conocía, nos presentaron y lo saludé cordialmente. Él luego agarró sus cosas y se fue porque hacía poco que se había separado.
Poco pero no tanto como para haber ido a un grupo de solas y solos, e invitarme a desayunar, o sea aún estaba casado cuando esto sucedió.
Al otro día abro mi correo y había un mail de él, diciéndome lo sorprendido que estaba que yo fuera amiga de su ex mujer, y me invitaba a tomar algo, le agradecí pero le dije que la amistad de esta amiga valía más que cualquier otra relación y lo dejé de ver.
Todo esto sucedió, aunque usted no lo crea...