viernes, 22 de febrero de 2008

ENTIENDO TUS DERECHOS... Y LOS MÍOS?

Nunca me había puesto a pensar en lo que siente la gente que espera embarcarse en un avión y le dicen que el vuelo se canceló porque los pilotos están de paro.
Nunca me había puesto a pensar, porque nunca he viajado en avión y lo que uno no hace habitualmente y no rompe su rutina, no le presta mucha atención.
Nunca hasta hoy.... y me dije:
Qué sucede con aquel que espera la llegada de un gran amor, o de un amigo entrañable, o de un hijo que hace mucho que no ve, o en la agonía de su vida esa persona que tanto necesitamos para despedirnos y podernos ir en paz....
Qué sucede con quien espera una ilusión, un medicamento, una encomienda.....
Qué sucede con el que carga sus valijas, ansioso, emocionado porque lo están esperando.... tal vez sus hijas, una amiga, una amante, una esposa, una madre..........
Nunca hasta hoy.... porque esperaba a alguien, porque era una ilusión, un amor, un amigo....
Nunca hasta hoy.... me di cuenta cuanta espera se junta en una sala de espera.

10 comentarios:

ADN dijo...

ja, Aca hay un vivitante que sabe del tema...en un rato lo tenes por aca....
Yo nunca viaje en avión...asi q ...

Abeja dijo...

de la huelga, es un derecho de los trabajadores si, pero siempre hay esa molestia por los afectados del paro a que tmb sus derechos cuentan... sin embargo, si no se llegaran a esos extremos sabemos que sus peticiones no serian escuchadas, aunq claro q a veces se mandan. cosa q se vivio mucho aca en la universidad el año pasado.
sobre la espera... siempre que lo que esperas llegue, bien. malo cuando la espera nunca termina.

A dijo...

En los aeropuertos estan todas las emociones posibles: miedo, alegria, tristeza, esperanza,nostalgia, expectativa, y broca ...por el apro.
y claro que los derechos son para los dos. pero cuando el estado está ausente no hay derechos para nadie.

Anónimo dijo...

Coincido con Ely y Analía (se pusieron serias las chicas!) y también te entiendo a vos, que también hablaste en serio, claro. Alguna vez en la facultad un gran "maestro" de economía aunque de ideología totalmente contraria a la mia dijo algo como que "las cosas cuando no son, se abren paso en otro camino para lograr ser, obviamente que un poco diferentes". Algo así. Con esto quiero decir que un poco depende de lo que "se espera" para no desesperar. Si me cancelan el vuelo que iba a tomar porque un gran amigo mio se estaba muriendo, uno se vuelve loco (lo digo porque me pasó), en cambio si esperás una encomienda -de caja, paquete o persona- creo que es diferente.
Igual me deliré. Quería decirte que tu mención a la "sala de espera" me hizo acordar a una obra homónima de Mallea (bastante rara) y tambien a otra de título "La felicidad está en la sala de espera" de Dale Carnegie.
Igual (tranqui, no me voy a explayar mas) creo que te vendría bien una dosis de física cuántica. Digamos el tema de la entropía de la información de don Max Planck, o... el principio de incertidumbre, del mismo tipo (se las pensó todas, viste..)
No sé, lo digom por si te sirve para algo. Consuelo... justificación, lo que sea.
Besotes y paciencia. Todo llega... ;)

El Angel Gris. dijo...

Sindicalistas, huelgistas, y peronistas en general, al pozo con fuego.

Nos pudimos cruzar en el aeropuerto hoy.

Oscar dijo...

Me tienta mucho contestarte retomando el tema de mi último post.
Haberse quedado esperando puede parecer una pura pérdida. Quizás no lo sea del todo. No puede saberse, pero tal vez la dificultad imprevista obligue a un esfuerzo mayor para poder concretar el plan. Y si se hace, demuestre que la voluntad es firme. Tal vez la postergación permita que las ganas de concretar el encuentro se acrecienten. Tal vez la concreción, al final, se disfrute más en función del mayor esfuerzo y tiempo invertidos.
No se puede saber hasta que suceda. Por allí, Eme nombra el principio de incertidumbre. No es de Planck sino de Heisenberg, creo. Pero también es el nombre de mi blog.
A veces la duda sirve para disfrutar al despejarla...

dispersa dijo...

Creo q hay dos esperas,una te lleva a la frustración la otra a alcanzar lo deseado.Sacando lo impredecible,ir a tomar un avión presupone una espera angustiante,creo q saberlo de antemano no disminuye el malestar pero es como caer en lugares comunes,y es utópico pensar q te vas a sentir de otra manera.No somos Penepole,entonces a veces no vale la pena esperar..conviene "andar"y tal vez te sorprendas,poner la adrenalina en vivir a full,sin demorar con planteos de q algo maravilloso está por llegar.Como me gustaron los comentarios anteriores te dejo una frase de Einstein: “LOCURA es seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes”.
Dejemos de esperar..
un beso

dispersa dijo...

Penepole ja ja ja ja era penelope ja ja,perdón me rio sola

Graciela dijo...

adn: who?

ely: dicen que la espera desespera.... espero que no sea el caso.

analia. pero en el caso de un paro de micros te tomás un taxi, pero cuando las distancias son tan grandes quedás varada, y encima frustrado porque no queda más que esperar o volverte... además no sé si estoy mal informada pero los señores pilotos como que no ganan nada mal para los tiempos argentinos que estamos viviendo...

eme: bienvenida!!!, no me molesta que te explayes, no sé mucho de física cuántica pero podría empezar a leer para ver si me sirve... entiendo que la espera difiere mucho en relación a la importancia de lo que se espera. Pero nunca me había tocado estar en ese lugar y la verdad que fue feo, y ahí me pude poner en el lugar de miles de cuerpos que quedan vacíos antes esa espera frustrada. Besos (te conozco?)

el angel gris: coincido con vos.

oscar: y me sigo preguntando como en tu post... por qué siempre todo se hace más difícil, no podría la balanza regalarme una fácil? Que no se inquiete, porque aunque alguna vez me la facilite la voy a saber disfrutar...

dispersa: yo muchas veces me cuestiono lo mismo, yo no tengo el alma abnegada de Penélope.

Anónimo dijo...

Por suerte nunca me tocó un paro de estos (Aguante LAN!). Pero si me tocó algunas veces una situacion parecida. Varias veces fui en vuelos sobrevendidos y tuve que elegir entre algo de dinero (a veces buen dinero) y tiempo con mis seres queridos. Si bien reconozco que a veces me hizo dudar, por suerte siempre elegí la segunda opcion. Sin duda, hay cosas que el dinero no puede comprar.