ME CONFIESO 5:

por ahí me vuelo mal...

Iba en el micro pensando en mi perra (no esa clase de pensamientos) sino que a la noche algún maldito hueso de pollo parecía que se le había atragantado, y eso que está acostumbrada a comerlos. La verdad que soy una inútil con los animales, así que sólo atiné a mirarla y pensar qué podía hacer.

Hoy a la mañana fui otra vez, antes de salir al trabajo, a verla, y ella estaba ahí muy quietita, mirándome con sus ojitos tristes, carraspeando, esperando de alguna manera que la ayudara pero sólo le pude pedir a Dios que la ayudara a tragar o escupir esa maldita molestia.

Así que iba en el micro pensando que pasaría si mi hijo se levantaba, iba hasta donde estaba su perra y la encontraba medio axfisiada o lo que es peor muerta!. Me sentía una tonta, inútil, culpable por no haber hecho algo antes que ocurriera lo peor. Mis pensamientos iban a la perra, al hueso (para qué mierda se los di), a mi hijo (pobrecito!!!), a mí... cuando siento una presión en mi costado, que me trae de vuelta a la realidad, levanto la cabeza instintivamente hacia la persona que está parada a mi lado en el micro y siento como saca una de sus manos del costado de mi teta y baja corriendo del micro que justo se había detenido en una parada.

Y yo pensando en mi perra...